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INNOVACIÓN PASO A PASO: INNOVAR SIN MORIR EN EL INTENTO

En Ecuador existe innovación. El problema radica en que la innovación está basada en “pequeños cambios” que son parte de la misma evolución de un  producto o servicio. Ernesto Noboa, Director Académico del IDE Business School y Director del área de Estrategia, Emprendimiento e Innovación de esta institución, nos invita a dejar esta innovación “evolutiva” que se genera per se, que es incremental, para llevarnos a pensar en una innovación más “radical”. Tome nota de un paso a paso que puede hacer que usted y su empresa, lo logren.

Definamos innovación. Según la Real Academia de la Lengua, se define por innovación a “LA ACCIÓN Y EFECTO DE INNOVAR”. Sencillo. En otro apartado destaca: “CREACIÓN O MODIFICACIÓN DE UN PRODUCTO Y SU INTRODUCCIÓN EN EL MERCADO”. También suena sencillo. Sin embargo, más allá del concepto, la innovación se convierte en un verdadero reto, sobre todo cuando hablamos de ella en Ecuador.

Ernesto Noboa, nuestro especialista invitado, empieza la conversación sobre este tema, justamente hablando de la innovación en el país, y él nos afirma que no podemos decir que en Ecuador no se ha innovado. “La empresa ecuatoriana desde siempre ha innovado (…)  Pero tiene una innovación de índole incremental, son pequeños cambios que hacemos a un producto o servicio. Es una innovación muy saludable que tiene que mantenerse en el tiempo, pero que, en mi opinión es q un radar de innovación que tiene un ámbito limitado…” Y cuando se refiere al respecto, hace alusión a un ejemplo básico, un detergente que cambia su olor floral a otro aroma, esa es la “típica innovación” que se ha dado en Ecuador. Así ha sido la innovación histórica del país. Pero no debe ser la única forma de innovar.

Disrupción es el término que utiliza Noboa para acercarnos a lo que debería de pasar como un proceso habitual en las empresas “…la innovación radical y disruptiva es un tipo de innovación que está al alcance de la mano pero que a veces el término o léxico lo aleja de lo que entendemos como una innovación novedosa o excepcional, en algunos casos…” Según nuestro especialista, es de esta manera como se amplía el radio de innovación porque  “…se buscan oportunidades en fuentes distintas, en fuentes en las que nunca la empresa había buscado antes”.

Así dejamos de lado la innovación “aceptable”, como cambiar el aroma de un detergente, y nos preparamos para algo más grande, que evidentemente, conlleva a otro tipo de proceso.

Para innovar hay que pensar

Para llegar a una innovación un poco más sofisticada y buscar esas oportunidades que están fuera de nuestro radar típico de innovación  “hay que empezar a dedicarle tiempo a pensar, a idear, a utilizar principios de pensamiento de diseño o design thinking, en el que pasas por un proceso de empatía…” explica nuestro experto.

¿Pero qué significa esto? Según el sitio designthinking.es “…el diseño de pensamiento es una metodología para generar ideas innovadoras que centran su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto, de ahí su nombre.” El Design Thinking se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California, a partir de los años 70s.

Para Ernesto, “Uno debe pensar en los problemas que puede haber en los procesos, en el producto…” porque es allí donde residirán las soluciones, y por supuesto, la innovación. “Detrás de todo problema, está la innovación”, asegura.

La fábrica de ideas

Innovar de esta forma “sofisticada, excepcional, disruptiva” debe ser un hábito que el sector privado debe interiorizar para lograr cambios también excepcionales, disruptivos, sofisticados y hacer que la empresa pase a otro nivel, porque la innovación es fundamental en el desarrollo de un país “La innovación genera bienestar en un país, más allá del emprendimiento, que genera bienestar solo a quién emprende. Si no se tiene la capacidad de innovar, no se amplía el ámbito de bienestar en la población…” nos indica Noboa.

Nuestro experto nos habla de una “fábrica de ideas” para alcanzar este otro nivel de innovación. Para ello, nos plantea un proceso bastante claro y concreto para poder lograrlo:

  1. Identificar personas con perfil de innovador para involucrarlas en el proceso
  2. Identificar cuál es la estrategia de innovación de la compañía
  3. Detectar dónde está el problema mayor, detrás del problema está la oportunidad, la innovación
  4. La definición de la oportunidad hay que encuadrarla de manera muy concreta en una hoja que lleva ese nombre “La definición de la oportunidad”. Cuando se define esta oportunidad, ya se puede iniciar un trabajo de sesiones de ideación con grupos de 6 u 8 personas en las que se garantiza que la compañía tenga al menos 5 oportunidades de innovación
  5. Elaborar prototipo (te ahorra recursos de todo tipo: dinero, tiempo recurso humano, etc.)
  6. Testear: Vender a usuarios reales el prototipo (retroalimentar para refinar el prototipo). Cuando el prototipo está “refinado” se tiene una menor posibilidad de fracaso para lanzarlo al mercado.

Este proceso es el que Noboa ha denominado, la fábrica de ideas. Para volver al proceso se reinicia, con la definición de un nuevo problema. Las sesiones de trabajo se realizan en formato de talleres. “Son talleres guiados que garantizan ideas fabulosas, algunas fuera de la caja, otras no, pero que son sumamente creativas y a las cuales yo, les doy mucho valor”, nos indica.

Noboa cierra este tema con una reflexión respecto a este proceso “No es complicado, lo complicado está en la mente. Esto es creer que siguiendo este proceso vas a lograr una innovación distinta a la tradicional. Cuando lo crees, lo logras llevar adelante…”

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